lunes, 2 de diciembre de 2013

IZKAVASTGUN



Tamerlán reunido con sus generales. Tamerlán reunido con sus generales da vueltas y vueltas, está enfadado y arranca todo lo que se pone al alcance de su mano. Tamerlán mira más allá de las murallas de Izkavastgun y suspira, una nueva expedición contra sus primos del norte, en el río Oxus, ha conducido a la derrota y todos sus hombres han muerto. Ahora mira al sur, a las tierras persas donde el vino brota de un regato en una montaña sagrada donde dicen los sabios que vivió Zoroastro. Tamerlán, ¿Por qué tierra espléndida caminarán mañana tus tropas?

Quién sabe. Los álamos suenan en el patio y ya se hace tarde, el frío de la montaña sopla con fuerza y los vapores del lago emergen como un remolino maligno desde su lecho. La triste figura del gran comandante, desparramada como una muñeca de trapo contra la pared por la mala pasada que le juegan las sombras que proyectan las antorchas, se va alejando de manera irregular, deteniéndose de vez en cuando por los dolores de cicatrices antiguas y a causa de su penosa cojera.

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